Vivimos un momento excepcional en la historia de la humanidad. La grave crisis sanitaria y social derivada de la pandemia del Covid-19 ha alterado la normalidad de toda la población mundial, provocando que algunos de los cimientos sobre los que se asentaba la vida social hayan sido alterados. La pandemia ha puesto de moda el concepto resiliencia y ha acelerado las macrotendencias emergentes antes del Covid-19, principalmente la digitalización y la apuesta por la sostenibilidad.
Hace solo 9 meses era inconcebible que un 16% de la población española estuviera teletrabajando, que los bares de barrio tendrían sus cartas en códigos QR, que pagaríamos con el móvil hasta el pan o que las reuniones familiares se harían a través de Zoom. Tampoco hace 9 meses era inconcebible que China adquiriera el compromiso con la neutralidad climática, que el FMI alentara a los países a invertir para luchar contra el cambio climático o que McDonald’s anunciara una hamburguesa vegana.
Las tendencias ya estaban sobre la mesa antes de la pandemia. La ONU lleva años impulsando a través del Pacto Mundial los objetivos de la Agenda 2030. Ya en 2019 las principales empresas estadounidenses reunidas en la Business Roundtable apostaron por el paso de shareholder capitalism al stakeholder capitalism, instando a las empresas a que incluyan el propósito y la sostenibilidad en sus decisiones estratégicas, lema que también la cumbre de Davos del año pasado.
Estas tendencias han sido agudizadas por la pandemia, impulsadas por los gobiernos y también reconocidas y recompensadas por organizaciones y mercados financieros. El Fondo de reconstrucción europeo aprobado durante la crisis condiciona el empleo de los 1,8 billones de euros con los que está dotado a la inversión en de los Estados miembros en digitalización y transición ecológica. Esta orientación de la política económica está teniendo también repercusión en los presupuestos nacionales y regionales y en las decisiones estratégicas de muchas empresas.
A nivel financiero los mercados están anticipando este cambio de paradigma económico. Las tecnológicas y las empresas de energías renovables han experimentado un mayor crecimiento en capitalización a raíz de la pandemia. Las grandes tecnológicas y las empresas punteras en renovables y transición ecológica también han experimentado crecimientos fortísimos a raíz de esta tendencia.
El mundo no va a ser el mismo tras la pandemia y ese mundo que viene va a estar caracterizado por estas dos macrotendencias. Para adecuarse a ese nuevo mundo las organizaciones necesitan una comunicación adecuada a esta nueva realidad. Una comunicación nativa digital que sea capaz de detectar las oportunidades que se presentan en este nuevo mundo para generar valor a través de la comunicación del propósito y la sostenibilidad de las organizaciones.
Veintetreinta nace para dar respuesta a esta necesidad. Una agencia compuesta por gente joven convencida del potencial de la comunicación para transformar el mundo y con una trayectoria consolidada en todos los aspectos de la comunicación desde el trabajo con organizaciones que convierten en valor su compromiso a través de la colaboración en el proceso creativo. Un equipo preparado para abrir las puertas del mundo que viene.